Hoy volví a recorrer esos pabellones, esos prados verdes llenos de palmeras y plátano oriental. Me refiero a la Universidad, a esa donde yo estudié, la UMCE, más famosa como el Pedagógico. Recuerdo cuando Rubilar nos preguntó en una clase, "¿Ustedes entraron a la Umce? o ¿al ex Pedagógico? Muchas nisiquiera sabían que se le llamaba así, a nuestra universidad.
Recorrer los pastos centrales, los pasillos que iban a bienestar, acercándose a Música, donde estaba la famosa cancha, donde los más hippies de la U se iban a fumar sus ponderados puchos y una que otra botellita camuflada.
Pude recordar cuantas veces teníamos que quedarnos estudiando allí, tiradas en los pastos, haciendo hora para la próxima clase. Los ingeniosos que hacían los horarios, siempre dejaban lagunas intermedias, y entre volver a casa, mejor hacer hora hasta la próxima clase. Claro que cuando nos tocaba con el profe Claudio, arrancábamos, jejeje, más de alguna vez se enojó con nosotras.
Vi a la rana René, nuestro secretario de Departamento de ese entonces, se enojaba tanto cuando ibamos a tocarle la puerta, y no lo dejabamos fumarse el pucho tranquilo. Ahora está en su lugar el vaquero simpático que trabajaba en ese entonces en biblioteca. Un poco mirón si, pero bien simpático.
Vi tambiém a Don Victor, el famoso auxiliar de diferencial. Cada vez que necesitabamos algo, allá ibamos a molestarlo, pero el siempre con una sonrisa, nos ayudaba. Yo no sé como se acordaba de tantas caras, hoy me saludó cuando pasé por allí. Que memoria la de este caballero, o quizás cortesía, no lo sé.
Recordé esa vez cuando entraron los pacos, y se llevaron a Rubilar detenido. Todos arrancando dentro de la Universidad. Con pañuelos, sal y limones evitando las molestias de los gases lacrimógenos. Reconozco que me aterraba cuando pasaba esto, pero es parte de la cultura universitaria, sin paros el PEDA no es lo mismo. Obvio.
Ese año casi nos cierran la U, los mechones de ese entonces, fueron los más perjudicados, pues huyeron hacia otras casas de estudio.
Recordé la broma que hicimos para no dar la prueba con el Vargas, medio show que se armó, y la prueba la tuvimos que dar igual después. Prometí no divulgar en que consitía la broma, así que no puedo contar más detalles.
También recuerdo las brigadas que mis locas amigas formaron, a mi con el Alvarito nos crearon la brigada del contacto físico jejeje. Se les ocurría cada tontera, pero lo pasábamos bien.
Han pasado los años, hemos crecido y tomado distintos caminos, sin embargo quedan en el recuerdo esos bonitos momentos. En su momento evité encuentros con ustedes, pues estaba dolida por cosas que pasaron, sin embargo ahora me gustaría volver a reencontrame. El corazón ha sanado, y quedan sólo los bonitos recuerdos.